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  • "La vida virtual y la vida real serán únicamente la vida"

    La historia humana está llena de invenciones, pero pocas cosas lo han cambiado tanto y tan rápidamente como la llegada de Internet. En un abrir y cerrar de ojos tuvimos que acostumbrarnos a comunicarnos, relacionarnos y hacer un sinnúmero de actividades que tienen a la red mundial de datos como el cordón umbilical que nos une, al parecer, a la nueva forma de vida de los seres humanos. El fenómeno es avasallante, parece inagotable y difícil de predecir. Los cambios han sido tan rápidos que hace cinco años apenas si se hablaba de Twitter, diez años atrás a Mark Zuckerberg ni se le había pasado por la cabeza Facebook, hace 14 años estaban creando Google y hace 20, los que podían, trataban de navegar con una conexión de 56K. Internet nos cogió por sorpresa a todos. Pero quizás el cambio más importante que se ha experimentado, al menos en lo relacionado con la interacción humana, es el concepto de redes sociales en Internet. Para Howard Rheingold, referente mundial en medios de comunicación digital y comunidades virtuales, históricamente estas han estado presentes en el desarrollo humano, pero su llegada a la red abrió la posibilidad de comunicarse en cualquier parte del mundo con desconocidos que comparten un interés común.

    Así mismo, Saskia Sassen, especialista en ciudades globalizadas atreves de la red, destaca la posibilidad de ser creadores de ese interés común y no solo consumidores. Actualmente las redes sociales son parte activa de la sociedad pero ¿qué tan indispensables son? Sassen sostiene que no son indispensables pero sí son un componente orgánico de Internet que está en constante evolución. En consecuencia, el espíritu de las redes sociales como canales de comunicación no desaparecerá, pero puede que sí lo hagan las herramientas que hoy utilizamos, afirma Óscar Espiritusanto, experto en periodismo ciudadano. Facebook puede ser un buen ejemplo de lo que sucede con una red social. En sólo cinco años colonizó una importante porción de lo que sucede en las redes sociales, pero la posibilidad de reinventarse parece estar limitada. ¿Cuál podría ser la siguiente generación de redes sociales? Arianne Van de Ven, cazadora de tendencias de Telefónica, cree que en un futuro las personas se comprometerán más con las redes cuando se den cuenta de que su participación puede tener un impacto tangible en sus vidas reales. Además, en la medida en que la gente asuma plenamente los medios de comunicación social, se dará cuenta de la importancia de la privacidad y del deseo de proteger la privacidad. No sería raro que los usuarios empezáramos a pedir recompensas a las empresas por compartir nuestras redes. Óscar Esperitusanto cree que en la siguiente generación las redes serán móviles, ubicuas y conectadas las 24 horas del día. Cree que no habrá mucha diferencia entre la “vida virtual” y la vida real, será únicamente: la vida

    ¿La Realidad?

    Crear y compartir contenidos es una de las claves de la interacción social en Internet pero algunos se quejan de que los derechos de autor están siendo socavados. Según Rheingold el conocimiento se desarrolla en la medida en que hay acceso a conocimientos previos y señala a las multinacionales de intimidar a los políticos para que legislen en su favor ampliando los derechos de autor más allá de su intención original. Lo peligroso es ver como el conocimiento de dominio público es cercado y privatizado. En la misma línea de derechos de autor, Arianne Van de Ven destaca la iniciativa de Creative Commons, ya que ayuda a proteger los derechos de autor aportando estructura y equidad en torno a la distribución de contenidos. La experta también refuerza la idea de que compartir contenidos da más valor al trabajo de quien los crean. La corta y rápida historia que los humanos hemos recorrido en Internet nos ha sugerido que hay ciertas libertad y gratuidad en el acceso a información y servicios de la red, ¿qué tan posible y cercano estará el cobro por acceso a información y servicios en Internet que hoy son gratuitos? Óscar Espiritusanto está convencido de que los usuarios pagan cuando se les ofrece un valor añadido, ya sea en la información, en la música o en los servicios. En la misma línea va Arianne Van de Ven, quien pone como ejemplo a los medios de comunicación y afirma que los que gocen de credibilidad podrán tener ingresos en donaciones o cobros por contenido de calidad. En la medida en que se generen servicios en línea como abogacía, consultoría médica, enseñanza, etc… la gente cada vez más se familiarizará con el pago online, concluye Van de Ven.

    Al igual que en otros sectores económicos, en Internet se ha gestado una serie de marcas, pocas por cierto, con el control en un alto porcentaje de lo que sucede en la red. ¿Qué tan nociva puede ser la cultura del monopolio en Internet? Arianne Van de Ven cree que la importancia de empresas como Google y Facebook es preocupante porque, literalmente, pueden analizar los datos del mundo y seguir los cambios en los gustos, disgustos, conductas, actitudes, opiniones, etc... Google controla casi el 82% del mercado mundial de búsquedas y el 98% del mercado de búsquedas móviles. Ellos tienen tantos datos sobre los usuarios, que tienen que demostrar que velan por la seguridad y la privacidad del usuario en primer lugar, si quieren evitar una reacción de los consumidores que resulten afectados. Sin embargo, estas empresas han tenido éxito porque han logrado satisfacer las necesidades fundamentales que tienen las personas. Sin embargo, la gente siempre encontrará maneras de resistir a los monopolios, cuando crean que nos son justos y que no cuidan de sus intereses. Estamos creando una cultura de retroalimentación y los monopolios sólo se mantendrán si siguen siendo justos con los usuarios.

    Mucho se ha satanizado a las nuevas tecnologías arguyendo que aíslan a la sociedad y dañan las relaciones interpersonales. En mi punto de vista, a veces esta creencia se lleva al extremo, y si bien los avances tecnológicos pueden modificar de alguna manera la forma en que el humano se conduce consigo mismo y con sus semejantes (desde la imprenta, el teléfono, la televisión, el Internet), tampoco creo que una tecnología como lo es el Internet termine deteriorando las relaciones interpersonales como algunos críticos de estas dicen. Pero sí es cierto que al haber algún cambio en esta dinámica, si tenemos que entender también los riesgos (nuevos) que ésta pueda tener (entendiendo que los cambios llevan riesgos y dificultades implícitas a ellos).

    El problema con las relaciones virtuales, es que también es muy fácil mentir y crear un personaje o alter-ego para engañar a otra persona, o en el más honesto y común de los casos, que el individuo oculte sus defectos y altere su esencia (lo cual es muy fácil a través de estos medios) por miedo al rechazo, lo que hace que la otra persona se quedará con un concepto equívoco de ésta. Esto no sería gran problema si quien participa en ellas entiende que una relación virtual nunca podrá asemejarse con una relación real y en persona. Pero a 15 años de que este tipo de tecnologías se empezaron a usar, parece que no se ha logrado entender esa diferencia. Y no entenderlo puede acarrear muchos problemas, desde decepciones y depresiones, hasta suicidios. Las burlas que recibió Gabriela Hernández por su suicidio en las redes, es también el ejemplo de como virtualmente el individuo se puede comportar de una manera totalmente diferente (con desconocidos) a como lo haría en la vida real. Muchas personas, sin mostrar compasión alguna por el caso, se burlaron creando memés, tweets, y comentarios crueles y agresivos. No creo que las nuevas tecnologías aíslen a la sociedad, sobre todo porque quienes se refugian en ellas para evitar el mundo real, son personas que sin éstas lo harían de otro modo. o bien acarrean problemas psicológicos donde el uso abusivo de estas redes son consecuencia y no causa. Inclusive en algunos casos, dichas tecnologías pueden reforzar las relaciones sociales y facilitarlas más al ser un canal de comunicación si estas son bien usadas. Aunque con ellas habrá que crear nuevos apartados en nuestro manual de buenos modales, como el evitar el uso de los smartphones en una conversación en vivo con otras personas. Pero para evitar estos riesgos, es importante el papel que deben de jugar los padres para evitar que sus hijos puedan salir afectados al no entender esa diferencia entre las relaciones virtuales y las relaciones reales, y que les enseñen a usar las redes sociales como un complemento de sus relaciones personales, y no como una forma de evadir a la gente de carne y hueso, o como una forma de obtener lo que en el mundo real no se puede obtener.